domingo, 21 de abril de 2013

LA ISLA DE LAS MIL FUENTES


                        “La isla de las mil fuentes” de Sarah Lark

Una vez más, Sarah Lark nos propone una emocionante y apasionante historia en un lugar tan exótico como lejano, la exuberante Jamaica.

Londres, otoño de 1729. La protagonista de la novela es la joven londinense Nora Reed, hija de un acaudalado comerciante de la ciudad, que acaba de conocer por primera vez el significado de la palabra amor, al enamorarse perdidamente de un empleado de su padre, Simon Greenborough, quien corresponde plenamente a sus sentimientos. Simon, es un lord arruinado, a causa de los malos vicios de su padre, que intenta abrirse un hueco en el mundo del comercio y sueña con poder labrarse un futuro prometedor en las colonias del Caribe.

Nora y Simon, viven ilusionados con esas lejanas tierras, ansiando poder vivir en un lugar donde el sol nunca se cansa de brillar, caminar descalzos sobre la arena de sus paradisíacas playas y poder bañarse en las cálidas aguas de sus costas.

Pero el padre de Nora jamás permitirá que su hija se case con Simon, aspira a algo más para su pequeña, alguien rico como ellos, o con títulos, que le otorguen a Nora la categoría que se merece.

Sin embargo, Nora está totalmente convencida de sus sentimientos, sabe que Simon es el amor de su vida, y nadie ni nada podrán impedir que así sea…

Desgraciadamente, la pobre Nora, no podía imaginarse que la enfermedad y la muerte iban a llevarse a su amado de su lado para siempre… y contra ellas, nada se puede hacer… Nora pasará sus últimas semanas de vida, al lado de Simon, primero con la esperanza de poder curarlo, más tarde, intentando que su dolor y sus molestias, sean lo más llevaderos posibles… Nada le importa ya…Ni lo que pueda pensar su padre de su desaparición, ni lo que se pueda pensar en los círculos más selectos de Inglaterra al enterarse de que la joven ha pasado tanto tiempo bajo el techo de un hombre con el que no estaba casada…Está claro que este hecho, hará ver su honor mancillado para siempre…

Simon muere y Nora vuelve a casa sumida en una profunda depresión…Pasan los meses pero nada consigue sacar a la joven de su pena y abatimiento. Sólo sus compromisos benéficos, intentando ayudar a las gentes más pobres del East End, lugar en el que pasó los últimas días de vida su querido Simon, parece que logran hacerla sentirse un poco mejor…Pero por lo demás, nada consigue ni interesarle ni emocionarla ni alegrarla. Sólo su sueño, el sueño de los dos, de irse un día a vivir a una isla del Caribe, parece darle las fuerzas necesarias para seguir viviendo…

Sus sueños se verán cumplidos, cuando el viudo Elias Fortman, propietario de una plantación de azúcar en Jamaica, llega a Inglaterra por negocios y muestra gran interés por ella…

Nora, viendo así la oportunidad de ir por fin a su ansiado paraíso, en el que espera encontrarse con el espíritu de Simon, decide aceptar la proposición de matrimonio del hacendado y embarcarse rumbo a la lejana Jamaica.

Estamos en pleno siglo XVIII, por lo que Nora se encuentra la Jamaica esclavista, en la que los esclavos eran brutalmente maltratados y considerados de todo excepto personas… Nora verá aquí su oportunidad de intentar cambiar las cosas, poquito a poco, y a su manera, tendrá primero que adaptarse a un clima, a una forma de vida y a unas tradiciones, para las que no estaba preparada…Va a resultarle muy duro, sobre todo por la bondad de su corazón, pero será esa bondad que la caracteriza, la que hará que se gane rápidamente el cariño de sus empleados, tanto los domésticos como los del campo…

Empezará a entender sus costumbres, intentará ayudarlos en todo lo que esté en su mano, y mejorará sus escasos conocimientos médicos aprendidos en sus días en el East End…

Pero no todo será fácil para nuestra protagonista, todo lo contrario. No tardará en descubrir los muchos defectos del hombre con el que se ha casado, tendrá que hacer frente a la pasión que despierta en cierto empleado que resulta ser enfermiza, volverá a sentir amor, pero se enamorará de la última persona de quién debería y podría hacerlo, y por si esto fuera poco, tendrá que enfrentarse a los ataques producidos por los cimarrones, los esclavos libres, en su plantación; ataques que la llevarán a perder todo y a tener que enfrentarse a una difícil vida en las Blue Mountains… ¿Conseguirá alguna vez salir de allí?¿Podrá vivir felizmente con la persona de la que se ha enamorado algún día?¿Logrará sobrevivir a todas las difíciles pruebas que el destino le ha puesto por delante?

Me ha gustado muchísimo esta novela. En primer lugar, porque el personaje femenino protagonista me ha encantado y me ha ganado desde el primer momento. Es un personaje lleno de fuerza, de pasión, de bondad, de impulsividad, de inteligencia... un personaje que lucha en cada momento de su vida por lo que cree, por lo que considera justo para ella, para su felicidad, pero también por lo que considera justo para el mundo y para la naturaleza humana. Vive siguiendo sus instintos, sus impulsos, sin temerle nunca a nada ni a nadie, y si eso es ya algo de valorar en la época actual, cuando nos encontramos con una mujer de estas características en el siglo XVIII, pues nuestra admiración es incluso mayor.

También me ha gustado mucho la ambientación, tanto en la primera parte del libro (las primeras cien páginas),en la que se nos sitúa en Londres y se nos describe con detalle y precisión las calles y sociedad de la época, por lo que nos resulta muy fácil involucrarnos en los hechos, como en el resto del libro, que ya discurre en Jamaica, y se nos da un perfecto cuadro del escenario en el que nos encontramos. De la manera en la que la autora ya nos tiene acostumbrados por sus otras novelas, consigue que evoquemos los paradisíacos parajes que rodean a los protagonistas: sus playas, su flora, sus cascadas, sus montañas… nos hacen desembarcar en un enclave de ensueño en el que se desarrollará nuestra apasionante historia.

La vida en las plantaciones también me ha resultado de lo más interesante. Por supuesto que resulta durísimo, leer muchas de las barbaridades a las que los esclavos eran sometidos, pero también resulta de lo más enriquecedor leer sobre sus ritos, sus costumbres, sus tradiciones, sus sueños, sus anteriores vidas en África, sus formas de organización… y en especial, acompañar a Nora en su lucha porque la calidad de vida de sus empleados se vea mejorada día tras día, soñando con poder vivir alguna vez en una plantación y en una isla en la que la esclavitud haya sido finalmente abolida.

Amor, aventura, sufrimiento, parajes de ensueño, lucha, valor, principios… son las claves de esta landscape novel, que estoy segura que a aquellos que os gusta el género, y habéis disfrutado de las anteriores novelas de la autora, volverá a haceros soñar con esta nueva historia.




miércoles, 10 de abril de 2013

LA LISTA DE LOS NOMBRES OLVIDADOS


                  “La lista de los nombres olvidados” de Kristin Harmel

Parece que la suerte le ha dado la espalda últimamente a la buena de Hope… Tiene 36 años, acaba de divorciarse del padre de su hija, del que ya no estaba enamorada, y Annie , su pequeña adolescente, no le está facilitando demasiado las cosas en su día a día…

Hope se quedó embarazada cuando estaba a punto de empezar la carrera de Derecho, pero el hecho de que su exmarido insistiera en que se ocupara del bebé y retomara más tarde los estudios, y que ella aceptara aquella proposición, truncó por completo sus sueños de convertirse en abogada…

Cuando el su por entonces marido, ve una estupenda oportunidad en abrir un bufete de abogados en Cape Cod, el pueblo en el que Hope había crecido y en el que todavía vivía su familia, deciden mudarse allí y empezar una nueva vida…

Pero las cosas no salen tan bien como se habían imaginado… La madre de Hope enferma, y poco después muere víctima de un cáncer de mama… Su relación siempre había sido fría, demasiado distante, Hope nunca se sintió querida, y siempre se sintió alejada del corazón de su madre, en el que parecía que sólo tuviera cabida el ligue que tuviera en aquellos momentos…

Su abuela, Rose, que se encargaba de la antigua panadería familiar, padece alzheimer, y Hope, conociendo lo importante que el pequeño negocio había sido para los suyos durante tantos años, decide hacerse cargo de él, a pesar de tener que empeñarse muchísimo para sacarlo adelante y de tener que dejar de colaborar como ayudante en el despacho de su marido…

Y así es como conocemos a Hope a día de hoy: luchando por sacar adelante su pequeño negocio, al que le dedica la mayor parte de las horas del día, y que, ni con su duro trabajo, consigue evitar que el banco quiera retirarle el préstamo que le había sido concedido para intentar sacarlo a flote; luchando también con su hija adolescente, que parece culparla cada día de no haber sido capaz de querer lo bastante a su padre para conservarlo a su lado; luchando también con el dolor que siente, al ver cada día a su querida abuela irse cada vez más lejos, al no ser ya apenas capaz de recordar nada, ni de reconocer incluso a sus seres queridos, disfrutando cada día menos de ese pequeño atisbo de lucidez que todos esperan encontrar cada vez que la visitan; luchando contra los fantasmas del pasado que siente en su corazón cuando recuerda la frialdad con la que la trataba su madre, e intentando no cometer esos errores con su propia hija; luchando día tras día para sobrevivir a una situación que parece haberla hundido en un pozo demasiado profundo como para poder ser capaz de salir algún día y volver a ser feliz…

Y entonces, cuando parecía que las cosas ya no podían complicarse más, recibe una llamada de su hija: está visitando a la abuela y ésta parece tener un día perfectamente lúcido… Quiere sus pasteles preferidos y quiere ir a pasear: necesita contarle algo importante y tiene que pedirle un pequeño favor… ¿No será ningún desvarío de su querida Mamie?

Pues no, la abuela está más lúcida que nunca y deja a Hope completamente atónita: Rose le cuenta a su nieta algo que la desconcierta por completo, le desvela un oscuro secreto que nunca jamás se habría imaginado.
Rose le pide a su nieta que vaya a París; le da una lista con una serie de nombres y sus fechas de nacimiento, y que necesita saber qué ha sido de esas personas…

Hope no puede dar crédito a lo que sus oídos están escuchando: su abuela, que siempre ha sido católica que ella sepa, resulta que nació en una familia judía y que se encontraba en París cuando se vivió en la ciudad uno de los episodios más duros de la II Guerra Mundial, el episodio que tuvo lugar en el Velódromo de Invierno y que condujo a tantos judíos inocentes a una cruenta muerte…

A partir de este momento comienza la investigación de Hope, que la llevará a descubrir un increíble pasado y también a una abuela que no es la que ella conocía. Una búsqueda no sólo a través de documentos, archivos, registros de museos…también Hope realizará una búsqueda en su interior, que le ayudará a salir del pozo en el que tan profundamente había caído.

La historia que encontramos en estas páginas, es una historia bonita, de las que gustan, con final feliz… El inconveniente que le encuentro al libro, es que parece que el tema es bastante recurrente últimamente, no se nos cuenta nada nuevo, y el patrón utilizado también es el mismo de siempre (nieta que investiga el pasado de una abuela que profesaba el judaísmo, salpicado con una preciosa historia de amor tanto en el pasado como en el presente); y el hecho de no haber visto en el argumento nada original, me ha llevado a que no lograra emocionarme como la autora pretendía que el lector lo hiciera.

Lo primero que he mencionado, ha sido el punto negativo, pero también hay puntos positivos que me gustaría resaltar:

Como os comenté, Hope regenta una panadería, y la verdad es que se dedica a hacer unos pasteles deliciosos en muchas escenas del libro, de los que se nos habla muy detalladamente. Siento verdadera debilidad por todo lo dulce, así que no sabéis las ganas de devorar las galletas, magdalenas, pastelillos, pastas… que iban apareciendo a lo largo del libro…¡la boca se me hacía agua cada dos por tres!… Lo bueno es que, para aquellos que seáis aficionados a la repostería (no es mi caso), al principio de cada capítulo tenéis la receta tradicional de cada una de las exquisiteces que se sirven en la panadería “Estrella polar”.

También me han gustado los personajes, que a pesar de estar bastante estereotipados y vivir a veces situaciones más propias de cuentos de hadas que de la vida real, lo cierto es que me han caído muy bien, he empatizado con la mayoría de ellos, y en especial con Hope, que es la que lleva la voz cantante de toda esta historia. La verdad, es que estamos desde el principio del libro, deseando que le salgan las cosas bien por una vez a la pobre… Y sí, es verdad, son situaciones de cuento de hadas…pero, ¿no sienta de maravilla de vez en cuando dejar volar la imaginación y desear que esos sueños puedan cumplirse y convertirse en realidad?

Así que si os apetece leer una historia bonita, narrada de una manera amena y cercana, sobre un tema sobre el que, bien es cierto que ya se ha escrito mucho, pero que sigue doliendo e impactando cada vez que recordamos lo que pasó,si queréis que estos hechos en esta ocasión estén edulcorados con los más exquisitos dulces y sean vividos por entrañables personajes, entonces, a pesar de que no vayáis a encontrar el factor sorpresa en esta novela, y que la trama sea bastante predecible, creo que la disfrutaréis y os dejará una sonrisa en los labios… y también estoy convencida, de que nada más cerrar el libro, hundiréis una cucharilla en un delicioso pastel …y algunos, “contemplaréis las estrellas “, ya entenderéis el porqué…




sábado, 6 de abril de 2013

EL DESPERTAR DE LA SEÑORITA PRIM


                "El despertar de la señorita Prim" de Natalia Sanmartín Fenollera

Me resultó inevitable pensar en el libro “El despertar” de Kate Chopin cuando descubrí este título… “El despertar” es un libro que leí y estudié en mis años universitarios, y del que guardo muy buenos recuerdos, y que aprovecho para recomendaros su lectura, pues creo que lo disfrutaréis (si no habéis hecho ya.)

Pero centrémonos en el libro de hoy, “ El despertar de la señorita Prim”, un libro con una bonita portada ( siento debilidad por las portadas con un toque vintage) ,un pintoresco título ( alguien que se llame señorita Prim no puede ser alguien normal y corriente, y menos cuando descubrimos que su nombre de pila es Prudencia) y un curioso argumento:

La señorita Prudencia Prim, lee en el periódico un anuncio con una peculiar oferta de trabajo: en el pequeño pueblo de San Ireneo de Arnois, se busca una bibliotecaria, sin experiencia laboral, sin títulos universitarios ni posgrados, y que tenga facilidad para convivir con perros y niños; tendrá que trabajar para un hombre y sus libros… Prudencia siente un pálpito al leer la oferta, algo le dice que tiene que ir allí, no sabe por qué, no sabe qué es lo que necesita ni lo que la empuja a hacerlo, pero dejándose llevar por un sexto sentido, decide presentarse como candidata al puesto.

Al llegar al pueblo, Prudencia percibe que el lugar es un lugar atípico: todo en el pueblo parece haberse quedado anclado en el pasado: la decoración floral de las casas, los pequeños comercios, los talleres artesanos, las tradicionales granjas que rodean el lugar… No se imagina que esto no es más que una pequeña muestra, de lo que más adelante, los habitantes del pueblo, le darán acerca del pequeño y arcaico paraíso terrenal que han creado.

La señorita Prim se dirige hacia la casa en la que se supone que va a trabajar como bibliotecaria, con la intención de conocer a su futuro jefe y con la esperanza de ser idónea para el puesto ofertado.

 Al llegar a la vivienda, tan imponente como desoladora, no sólo se sorprende por la antigüedad y decadencia de todo lo que la rodea, sino por descubrir, en la biblioteca, una conversación o clase de lo más asombrosa: un hombre, sentado en un sillón, rodeado de libros y de unos cuantos niños de corta edad (el mayor no tendrá más de once años) les habla de Virgilio, Horacio, Polión… La señorita Prim se muestra completamente perpleja al observar cómo los críos pueden entender el latín perfectamente y debatir sobre los contenidos de las obras de dichos autores…

El hombre del sillón la descubre, y le pregunta el motivo por el que desea el puesto… y aquí es dónde comienza el despertar de la señorita Prim.
Prudencia Prim tendrá que encontrarse a sí misma… sabe que lo que quería era escapar del mundanal ruido, como a muchos nos sucede a veces, pero no sabe exactamente de qué forma conseguirlo ni qué es lo que busca.

Los excéntricos habitantes de San Ireneo se encargarán de ayudarla en su proceso de redescubrimiento, y Prudencia, empapándose día tras día por su peculiar forma de vida, irá poco a poco ahondando en lo más profundo de su ser, intentando encontrar lo que todo ser humano busca y necesita: la felicidad y el amor. ¿La encontrará en este particular pueblo?

Impresiones encontradas son las que me han quedado una vez que he finalizado el libro y a medida que lo iba leyendo. La lectura, no es una lectura fácil, más bien todo lo contrario, tiene mucho que leer entre líneas, conversaciones muy profundas y trascendentes, debates dialécticos que van demasiado lejos (para mí), aunque el mensaje que transmite sí que me ha gustado: hay que aprender a disfrutar de las pequeñas cosas, sacar el máximo jugo de ellas, y sólo así, desprendiéndonos de lo superfluo y de lo que nos hace daño o angustia, seremos capaces de ser felices.

La historia está contada por un narrador omnisciente, con un tono clásico, antiguo, acorde con el pueblo, que nos va describiendo no sólo lo las localizaciones que nos rodean sino también a cada uno de los personajes que tan bien y tan a fondo conoce.

Sorprende la manera en la que la autora pinta al pueblo y a sus gentes con ese aire tan de los 50, oliendo a bizcochos recién hechos, maderas recién pulidas, rodeados de flores, con calles sin apenas coches, haciendo hablar a los personajes con un tono y vocabulario siempre cortés y amable… hasta nos podemos imaginar a los habitantes vistiendo ropas perfectamente almidonadas e impecablemente cortadas… Una apariencia que pudiera resultar anticuada, incluso cursi, que contrasta con el verdadero fondo que la escritora quiere dar a la novela, con la complejidad de las conversaciones y la seriedad de los temas tratados (fe, educación, matrimonio, feminismo, felicidad, progreso…)

Porque el progreso, es una palabra que está presente en nuestras mentes a lo largo de toda la novela: ¿hasta qué punto ha sido bueno el progreso para el hombre? ¿Me gustaría a mí también irme a vivir a una colonia como la que estas gentes han formado, en la que todos viven felices, haciendo lo que les gusta y cómo les gusta, a la antigua usanza? Y el punto que más me ha impactado, ¿no sería fantástico que pudiéramos disponer de nuestro tiempo como nosotros quisiéramos? Porque, de lo que realmente me he dado cuenta a medida que voy creciendo, es que si hay algo que valoro enormemente es “el tiempo”…”mi tiempo”.

¿Por qué digo entonces que he tenido sentimientos encontrados? Porque no creo que en estos momentos necesitara esta historia… Recuerdo, cuando hace muchos años atrás, leía a Paulo Coelho y me sentaba muy bien, pues, por supuesto, sin querer compararla, he tenido a lo largo de la historia una sensación parecida a la que tenía cuando leía a Coelho, aunque en esta ocasión, no me ha tocado de la misma manera. No obstante, tengo que reconocer que trata algunos puntos que sí que me han hecho reflexionar y con los que estoy de acuerdo, por lo que también tiene una parte positiva.

En cuanto a los personajes, mencionar que Prudencia, no me ha conquistado como me habría gustado; me ha resultado contradictoria en más de una ocasión, pero entiendo que era intencionado como parte de su evolución personal ; el hombre del sillón, a quién yo he relacionado con la “razón” masculina de la historia, es una especie de anacoreta, eremita… que me quedaba a un nivel demasiado superior como para resultarme cercano, pero por otra parte es la típica persona a la que me encantaría conocer, escuchar sin parar y sobre todo, que me tomara como pupila, para poder aprender una pequeña parte de todo lo que él sabe; los habitantes del pueblo también son la mar de especiales, de excéntricos, y todos y cada uno de ellos aportan su grano de arena a la historia, y en especial, al despertar de Prudencia, sobre todo Horacio, su gran amigo y apoyo, y que para mí representa al “corazón” masculino en el libro.

El final no me ha gustado, demasiado abierto para mí, o quizás no estoy a la altura de interpretarlo como se esperaba que el lector lo hiciera; necesitaba que la autora hubiera sido más clara a la hora de cerrar una trama que ya de por sí, no resultaba sencilla. Tampoco me ha gustado que no se me aclarara el misterio del pueblo y de sus habitantes, me he quedado diciendo, ¿pero había un misterio?¿cuál era el misterio?

Otra frase que me ha dejado a cuadros en la parte final del libro “El matrimonio no es cuestión de dos, sino de tres”… Y también queda sin explicar…¿Tengo que saber a qué se refiere? Pues no lo sé, y eso es lo que me ha frustrado, que me he quedado en varias ocasiones como diciendo: ¿Cómo se supone que tenía que reaccionar después de haber leído esto?

A lo mejor me decís que debería empezar a cultivar más mi parte espiritual si he escrito lo que he escrito sobre este libro, pero honestamente, es lo que he sentido, o mejor dicho, lo que no he sentido al no lograr comprender por completo el mensaje final.

Reconozco que el pueblo utópico en el que habitan los personajes tiene su aquel, su encanto, sus puntos positivos, que hacen que nos planteemos abandonar todo e ir en busca de un lugar así… Pero… ya veis que me he encontrado más de un “pero”, por eso no la he disfrutado tanto.

En esta ocasión, más deseosa que nunca de conocer vuestra experiencia tras la visita al excéntrico y pintoresco pueblo de San Ireneo de Arnois… ¿es normal que me sienta como me siento tras la lectura?




lunes, 1 de abril de 2013

CALLE BERLÍN, 109


                        "Calle Berlín, 109" de Susana Vallejo

Dos días antes de morir brutalmente asesinado, Pep, deja un mensaje de lo más inquietante en el buzón de voz de su antiguo compañero, el también policía Gerard Tauste: “Quiero hablarte de algo que he descubierto en la calle Berlín, en el 109”… Completamente decidido a averiguar lo que ha acabado con la vida de su tan querido amigo y compañero, nada ni nadie podrá impedirle llevar a cabo una meticulosa investigación alrededor del mencionado edificio y de todos los que en él habitan…Sabe que no va a resultarle sencillo, pocos datos tiene del caso que ocupaba en estos momentos a la víctima, y el hecho de estar de baja indefinida, tampoco va a ayudarle a meter las narices en el asunto como realmente le habría gustado, pero husmeará, vaya si lo hará... Y descubrirá que la comunidad de vecinos de la calle Berlín, 109 es una comunidad de lo más peculiar…

El inmueble de Berlín, 109, consta de 6 viviendas que están distribuidas en tres plantas: dos en el entresuelo, dos en el primero y dos en el segundo.

Los primeros capítulos del libro, nos describen cada uno de los pisos y a su correspondiente inquilino o inquilinos. Las descripciones son muy claras, cortas y concisas, en apenas unas páginas, la autora consigue que nos hagamos una idea perfecta de quién o quiénes son los habitantes del lugar.

Así, descubrimos, que el Entresuelo 1º está habitado por Gustavo Adolfo, un sudamericano que acaba de mudarse al edificio y que parece tener oscuras relaciones con las mafias colombianas.

En el Entresuelo 2ª vive Gabi, una preciosa y escultural  joven que trabaja como prostituta de lujo… aunque eso, nadie lo sabe.

En el 1º 1ª vive Encarna, una mujer separada con sus dos hijos, Álex, que ha empezado a ganarse algún dinerillo pasando porros en el instituto y Sandra, una guapa universitaria que desearía poder vivir con más lujos de los que vive. Encarna es una pobre mujer, de apariencia desaliñada, sabemos que sufrió maltrato en su matrimonio y que le cuesta llegar a fin de mes, con lo poco que gana limpiando casas…

En el 1º 2ª viven la señora Luisa y su esposo Zósimo, que sufre Alzheimer, hecho que llena de tristeza y amargura a la pobre Luisa, que sufre lo indecible al ver en lo que se ha convertido su marido…

 En el 2º 1ª vive Emilio, un hombre joven, separado, con un aspecto enfermizo, debido al estrés que sufre por su trabajo, y en especial, por la difícil relación que tiene con su jefe, un explotador que pide lo imposible, aprovechándose del miedo de la gente en tiempos de crisis… Emilio no es feliz con su vida, de hecho, no sabe si realmente merece la pena seguir viviendo…

Y en el 2º 2ª ya no vive nadie, pero eso nadie lo sabe… Nadie ha echado de menos a María Eugenia, la del 2º, que lleva muerta en su sillón desde noviembre la pobre, y allí está, siendo comida por los bichos y moscas día tras día, sin que nadie se de cuenta de que hace demasiado tiempo que no la ven, ni la oyen… Pero lo peor de todo, es que su espíritu, no tiene ni idea de a qué se debe ni a quién puede poder encargarle unas misas para que lo solucione, ha decidido quedarse vagando por el edificio cuál fantasma de película de terror… Y allá está ella, mejor dicho, su fantasma, contemplando el ir y venir de todos y cada uno de sus vecinos, porque qué va a hacer, si no tiene nada mejor a lo que dedicar su “eterno” tiempo…

Y esta pintoresca vecindad, con fantasma incluido, será la que Gerard tendrá que investigar a conciencia si quiere descubrir qué es lo que llevó a la muerte a su compañero y qué es lo que había descubierto en este edificio poco antes de morir… Son muchas las sorpresas, secretos y misterios que le esperan… ¿podrá algún día resolver el caso?

El libro conquista al lector por varios motivos; en primer lugar, el ritmo del que la autora dota a la historia es ágil y trepidante desde las primeras páginas. Desde el minuto uno, nos pone la miel en la boca, contándonos lo del mensaje en el contestador, con un cadáver brutalmente asesinado y una comunidad de vecinos que parece tener mucho que esconder y querer decir muy poco, o mas bien nada de nada… Me gusta también la forma en que nos presenta a cada uno de los personajes, de manera muy breve pero diciéndonos todo lo fundamental para entender las vidas y estilos de vida de cada uno de ellos.

Por otro lado, como punto realmente fuerte, y en mi opinión, lo mejor de la novela, están los personajes; ninguno de ellos representa al típico héroe o heroína de novela: ni el policía es un súper policía, ninguno de ellos tiene una carrera brillante y ejemplar, los ancianos no viven su ancianidad ni su enfermedad como suele venderse que debe llevarse… Pero es por todo ello, por sus defectos, por esos detalles que les hacen tan humanos, tan cercanos, por ser “malos” con coranzocito, por no hacer las cosas bien pero ganarnos por su simpatía o por la lástima que nos produce su situación… Sea por lo que sea, la comunidad de vecinos nos gana desde el minuto uno, nos vamos haciendo poquito a poco un hueco en el deteriorado inmueble, y sintiéndonos cómodos y más cómodos a medida que pasamos páginas, y cuando llegamos al final, ya nos sentimos como en casa, como un miembro más de la comunidad. Pero no sólo son los personajes como seres individuales lo que dan más valor y peso a la novela, son las relaciones que se van formando entre ellos, los lazos tan fuertes que se crean hasta formar un círculo unido y cerrado de lo más peculiar. Y me ha gustado, la forma, en cierto sentido también circular que la autora ha concedido a la organización de la novela, al empezar hablando detalladamente de los habitantes, y cerrarla, también, contándonos cómo termina la historia para cada uno de ellos.

Otro punto positivo a tener en cuenta ha sido el humor que salpica muchas de las escenas y de las páginas de la novela. Es un humor ácido, que dota de cierta ironía a los pasajes, rozando lo cómico pero sin llegar a caer en lo absurdo ni en lo surrealista… Hasta la historia del fantasma, consigue resultarnos “creíble” de aquella manera, claro está, pero a lo que me refiero, es que ni con este elemento “paranormal”, la historia no pierde el realismo que la autora ha querido darle a los hechos y personajes en todo momento.

Así que, estamos ante una historia de crimen y misterio, pero entre comillas, pues la investigación policial en este caso no es el eje central de la novela; son los misterios de cada uno de los personajes y el vínculo que se crea entre ellos, los que llevarán todo el peso de la novela hasta la última de las páginas.

Podéis pasar unos días muy entretenidos, contemplando desde el banco de enfrente, como Gerard Tauste, todo lo que se cuece entre las paredes de este peculiar y pintoresco edificio… Puede que te sientas como en casa al terminarlo, si es así, recuerda que el 2º 2ª “parece” que ya no está habitado, por si te sientes interesado en llamar para alquilarlo… ¿Seguirá María Eugenia todavía por allí? Apunta por si acaso la dirección “ Calle Berlín, 109”.


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