domingo, 28 de diciembre de 2014

LOS AMANTES DE HIROSHIMA

                        “Los amantes de Hiroshima” de Toni Hill

Bajo este título de lo más atractivo, llega a nosotros el esperado broche final a la trilogía que Toni Hill empezó unos años atrás con “El verano de los juguetes muertos” y que continuó con “Los buenos suicidas”.

En esta ocasión, el inspector Héctor Salgado y su compañera Leire Castro, tendrán que enfrentarse a un nuevo caso criminal pero también harán todo lo posible por intentar resolver el misterio que quedó abierto en la novela anterior, en relación a  Ruth , la exmujer de Héctor.

En cuanto al nuevo misterio que tendrán que resolver nuestros protagonistas, nos encontramos ante un asesinato de lo más macabro con una puesta en escena de lo más maquiavélica: Una joven pareja se encontraba haciendo el amor en su refugio secreto, una casa abandonada cerca de un aeropuerto, cuando son sorprendidos por alguien que acaba con sus vidas golpeándoles la cabeza con una barra de acero. Los jóvenes estuvieron siete años desaparecidos, nadie supo nunca lo que les había ocurrido hasta el día de hoy, en que los cadáveres han sido finalmente encontrados.

Como decía, siete años después del trágico suceso, en esa misma casa abandonada se encuentran unos lienzos espectaculares que recrean perfectamente el entorno en el que se encuentran; sin embargo, además del escenario real presente en las pinturas, hay una escena que hace que la policía decida buscar algo más en el apartado y aislado lugar: en uno de los cuadros, puede verse la representación de dos amantes con la manos entrelazadas que han sido carbonizados; tras inspeccionar minuciosamente la casa, encuentran un sótano en el que se hallan los protagonistas del cuadro : muertos, entrelazados, carbonizados.

Investigando los nombres de las listas de desaparecidos encuentran a los que probablemente pertenecerán los cadáveres que han encontrado: la pareja formada por Cristina y Daniel, dos jóvenes que siete años atrás desaparecieron del mapa sin dejar rastro tras de sí.

Comienza entonces una investigación exhaustiva en torno a las familias y amigos de las víctimas, así como al resto de componentes del grupo de música “Hiroshima” del que no sólo formaba parte Daniel, sino que era la voz y alma del mismo, y poco a poco, se irán destapando los oscuros secretos que rodeaban a la extraña, enigmática y también carismática pareja.

Una vez más Toni Hill me ha conquistado con una magnífica historia, diría que en esta ocasión, además de haber creado una fantástica novela negra, en la que el planteamiento, desarrollo y desenlace de los acontecimientos, es llevado a cabo con gran rigor y consigue engancharte a la trama desde el minuto uno de una manera de lo más atrapante, el autor se ha superado en lo referente a la calidad narrativa del relato, ya que para mí, esta vez, logra hacer que la sensibilidad traspase las páginas en muchos de los fragmentos del libro, de igual manera que transmite a la perfección  la profundidad en todo tipo de sentimientos reflejados a lo largo de la novela, son tan palpables y tan reales que consiguen erizar la piel del lector. He disfrutado mucho esta lectura no sólo por el contenido, ya que las tramas criminales son de lo más apasionantes y no fui capaz de resolver ninguno de los misterios hasta que son revelados al final de la historia, sino por la manera en que está escrita la novela, me ha cautivado la estructura, el ritmo y el tono narrativo de la misma; he percibido una sensibilidad narrativa en el relato de los acontecimientos que me ha conquistado por completo.

En cuanto a los personajes de nuevo Toni Hill lo borda y nos presenta un elenco de lo más real, de lo más creíble y de lo más cercano. Orquestados bajo la batuta de Héctor Salgado y Leire Castro, protagonistas indiscutibles de la novela, vamos conociendo a todos los que se verán involucrados en los dos casos que nos ocupan, viajaremos a través de sus relatos siete años atrás para intentar comprender cómo eran y qué les ha podido ocurrir a Dani y a Cris, para intentar averiguar quién o quiénes podrían desear acabar con sus vidas de una manera tan brutal y aterradora.

La ambientación de la novela refleja a la perfección la actualidad que nos rodea cada día: los hechos transcurren en Barcelona en el año 2011, y se respira el clima de crispación en cada esquina; aparecen los movimientos de los indignados, comienzan los desahucios y la crisis golpea vilmente a gran parte de la sociedad española. Un entorno de lo más creíble para hacernos sentir todavía más, si cabe, dentro de la historia y vivirla como si fuéramos parte de la misma.

Toni Hill, tras esta trilogía, se convierte sin duda en uno de mis autores favoritos de novela negra de la actualidad, me ha encantado observar en cada uno de sus libros su evolución y su crecimiento como escritor, y espero que, aunque los casos que Héctor Salgado tenía abiertos hasta el momento han quedado perfectamente zanjados al final de esta novela, no sea la última vez que protagoniza alguna de las nuevas historias escritas por Toni Hill, pues es un personaje entrañable de los que cuesta muchísimo despedirse.


En definitiva, ha sido un cierre espectacular para una fantástica trilogía, una novela negra llena de misterio, de las que te hacen devanarte los sesos intentando encontrar una solución para descubrir al asesino, un libro escrito con un ritmo trepidante, de los que no se pueden parar de leer, lleno de sorpresas, de giros inesperados y con un final de infarto de los que dejan al lector con la boca abierta durante un buen rato tras haber cerrado el libro…Una historia muy bien escrita, planteada y desarrollada, contada con sensibilidad, con alma, en la que misterio, crímenes, arte y literatura se funden creando una novela de lo más especial que hará las delicias de todos sus lectores.


RESEÑAS TRILOGÍA DEL INSPECTOR HÉCTOR SALGADO por Toni Hill



"Los amantes de Hiroshima" (2014)

lunes, 8 de diciembre de 2014

PASAJE A TAHITÍ

                        “Pasaje a Tahití “de Eva García Sáenz

Manacor, Mallorca, 1929 .Denis  es el primogénito de la familia dueña de la importantísima empresa de perlas de imitación Hugo Fortuny. Denis, acaba de perder a su padre, y como siempre ha sido su mano derecha, se posiciona claramente como firme heredero y gerente de la compañía. Sus tres hermanos menores, que nunca han visto con buenos ojos a su hermano, pues ya desde niño viajaba con sus padres y se dedicaba a “cosas de mayores” que a ellos para nada interesaban, tratan desesperadamente de buscar la manera de conseguir hacerle perder la fortuna que le corresponde… Así que, debido a las artimañas de sus hermanos, a la repentina desaparición de su madre y también a una curiosidad cada vez más incipiente por averiguar algo más acerca de su pasado y del de sus padres, pues son ya demasiadas las incógnitas que el caprichoso destino está poniendo en su camino, decide viajar a Tahití, pues algo en su interior le dice, que en aquel lejano paraíso, se encuentran todas las respuestas que está buscando…

París, 1889. Conocemos a los hermanos Hugo y Bastian Fortuny, llegaron a París buscando mejorar sus condiciones de vida después de haber perdido sus puestos de trabajo en Mallorca, que en aquellos días estaba viviendo la crisis del vidrio. Sin embargo, no será allí donde encuentren un lugar en el que crecer profesionalmente, sino que será en la ciudad de la luz donde tengan la ocasión de embarcarse en la que será la mayor aventura de sus vidas: Hugo y Bastian, que no tienen absolutamente nada, se dejan seducir por los encantos y promesas de una tierra idílica en la que les dicen que todo es posible, que lograrán hacer fortuna mucho más rápido que en el continente. Es así como deciden poner rumbo a Tahití, trabajando en el barco que les llevará a su destino para poder costearse el carísimo pasaje. Será allí, en el Oceanien, el lugar en el que conocerán a la que será la tercera protagonista de nuestra historia: la joven Laia Kane, hija de un cónsul corrupto de Menorca, que se ve obligado a abandonar la isla con toda su familia para poder seguir ejerciendo labores diplomáticas en los mares del sur.

Sin embargo, cuando llegan a Tahití, las dos familias tendrán que enfrentarse a una realidad mucho más dura que la que esperaban, tendrán que empezar desde cero y luchar duramente para lograr salir adelante. Aunque las diferencias entre Hugo y Bastian son más que evidentes desde el mismo instante en que los conocemos, no sólo por su físico, sino por sus distintos caracteres, será al llegar a la isla cuando presenciemos las verdaderas formas de ser de cada uno de ellos: cómo deciden buscarse la vida, cómo deciden integrarse con los nativos, cómo deciden sentir, saborear y vivir el día a día.

Como se puede ver, la estructura de la novela está planteada desde dos marcos temporales perfectamente integrados a lo largo de toda nuestra lectura. Los capítulos referentes a la época más pasada (desde el año 1889) están contados en primera persona por Bastian y por Laia, y los capítulos relativos a la actualidad (1930) están contados desde el punto de vista de Denis, pero utilizando un narrador en tercera persona. A pesar de la complejidad que podrían suponer estos saltos temporales hechos a lo largo de una novela, me ha sorprendido la manera en que la autora consigue que parezca que ha hecho algo de lo más sencillo, por la sutileza empleada en todos los cambios de época que experimenta el lector a lo largo de las páginas.

Son muchos los temas que toca la novela, y todos ellos son tratados con gran minuciosidad y precisión, demostrando así que la autora ha tenido que llevar a cabo una gran tarea de documentación para poner ante nosotros mucha de la información que contiene el libro.

En primer lugar, estamos ante una novela de sagas familiares con grandes secretos del pasado que se irán desvelando a medida que avanzamos nuestra lectura, y que consiguen atrapar al lector desde la primera página: hay grandes secretos, misterios, y también muchas verdades silenciadas que irán viendo poco a poco la luz ante nuestros ojos. Es también una novela de paisaje, pues la idílica y paradisíaca isla de Tahití en la que transcurre la mayor parte de la novela, consigue convertirse también en protagonista del libro por su indiscutible belleza, que logra escapar de cada página y de cada párrafo. Por supuesto que estamos ante una historia de amor, una gran historia de amor, de esas que tanto duelen, que desgarran el alma, un amor visceral, pasional, que no entiende de normas ni de ataduras, un amor de esos que todos saben desde el principio, que no va a ser fácil, pero esa gran dificultad es la que también le proporciona gran parte de su encanto.

Los temas que acompañarán esta saga familiar llena de amor en un exótico paisaje serán principalmente el cultivo de las perlas y la pesca de las ostras, un mundo que me ha parecido apasionante y del que apenas nada conocía. La vida social y política del Tahití de la época está también reflejada de manera magistral en la novela: sus costumbres, sus revueltas, sus creencias, sus ritos…

Uno se siente en todo momento con los pies en la isla y cuesta tener que salir de sus hermosos paisajes y de sus cálidas aguas para volver a la cruda realidad. Otro punto que me ha sorprendido y encantado, fue acompañar a Bastian en su viaje a Japón y poder conocer tan de cerca la forma de vida de las amas, las buceadoras  japonesas, profesión completamente desconocida para mí que ha logrado maravillarme con esa perfección y delicadeza tan propia de los nipones.

En cuanto a los personajes, todos están creados con gran maestría, pero es inevitable sentirse cautivado por Bastian desde que lo conocemos: toda la novela gira en torno a su personaje, nos conquista con la nobleza de su corazón, de sus sentimientos, por su manera de querer vivir la vida, simplemente con lo indispensable para sobrevivir, valorando la amistad, la tranquilidad, la paz, muy por encima del dinero. Bastián es un ser único, complicado, eso sí, pero lleno de pasión, de fe en sí mismo, de buenos principios y de amor.

Tengo que resaltar también lo mucho que me ha gustado el estilo narrativo de la autora: una prosa elegante, cuidada, trabajada, llena de sensibilidad y de delicadeza, que no se ve en la necesidad de recurrir a un lenguaje ostentoso para demostrar la gran calidad que posee como narradora.


Llegado a este punto ya sólo me queda deciros que tenéis que sacaros vuestro “Pasaje a Tahití” sí o sí, pues es una de esas historias que entretienen , que se saborean y se disfrutan desde la primera página. Un paisaje de ensueño que envuelve una cuidada novela llena de amor, de secretos familiares y de lucha por seguir adelante en esta vida tan dada a ponernos obstáculos en nuestro camino.


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