martes, 25 de agosto de 2015

LA LEY DE LOS JUSTOS

                          “La ley de los justos” de Chufo Lloréns

Chufo Lloréns es para mí sinónimo de buena de literatura, he leído todas sus obras, y hasta ahora, siempre he disfrutado muchísimo con la lectura de sus novelas, tanto por la calidad de sus historias como por la de su narrativa. “La ley de los justos” no ha sido la excepción, es sin duda su novela más ambiciosa y mejor trabajada y documentada.

Chufo Lloréns nos traslada a la Barcelona de finales del siglo XIX, acaba de celebrarse la Exposición Universal de 1888 y la ciudad camina a pasos agigantados hacia el mundo de la modernidad.

Aunque la ciudad está atravesando por una época de esplendor, no todo el mundo puede beneficiarse de la bonanza económica de la que disfruta la ciudad, todo lo contrario, las diferencias entre clases son realmente acusadas, y mientras que los ricos son muy ricos y viven a sus anchas, la mayoría de las veces a causa de explotar a los más desfavorecidos, los pobres están verdaderamente necesitados y muchas veces sufren por poder llevarse algo que comer a la boca.

Las diferentes clases sociales estarán representadas en nuestra novela por dos familias, los Ripoll y los Bonafont, siendo cada uno de sus miembros un claro representante de la sociedad de la época.

La familia Ripoll representará a la clase burguesa acomodada de Barcelona, está formada por Práxedes y su esposa Adelaida, y sus hijos Germán y Antonio. Don Práxedes y su hijo Germán serán dos personajes que nos harán sufrir a lo largo de toda la novela por su maldad, su egoísmo y porque no llevan a cabo un solo acto que no sea vil y mezquino. Hacía mucho que no sufría de esta manera con unos personajes, y la verdad es que en esta novela hay unos cuantos que me lo han hecho pasar realmente mal… Don Práxedes y su hijo tienen todos los malos vicios que una persona puede tener: juego, mujeres, alcohol… Parece que el hecho de sentirse superiores y de humillar al resto de las personas que ellos consideran que están por debajo, es lo único que les da aire para poder seguir viviendo…

Adelaida es la hermana de Orestes, socio de Práxedes en la importante compañía que presiden y dirigen, está casado con Renata y tienen una hija, Candela, otra de las protagonistas de nuestra historia y que no encaja desde niña en la familia en la que le ha tocado nacer. Candela nunca ha entendido las diferencias entre clases sociales, no sabe por qué no puede jugar con cualquier niño si son niños como ella y con esos mismos valores crecerá y se convertirá en la gran mujer que vivirá eternamente enamorada de un amor que le será prohibido por no pertenecer a la familia correcta.

Ese amor prohibido pertenecerá a la familia Bonafont, que está formada por Luisa, costurera de los Ripoll y sus hijos Máximo y Juan Pedro. Máximo trabajó desde siempre para los Ripoll, y tras perder tres dedos de una mano por las deficiencias de la fábrica en la que nada importaba la seguridad de sus trabajadores, se fue germinando en él, poco a poco, la semilla del odio hacia los más ricos que desde siempre había estado ahí, por haber crecido rodeado de injusticias, de desigualdades, de humillaciones hasta que finalmente su accidente fue lo que le animó a dar el paso para integrarse en los grupos anarquistas de la ciudad y comenzar a luchar por los derechos dignos que todo ser humano debería de tener. De la mano de Máximo nos adentraremos en las reuniones secretas de los anarquistas, conoceremos de cerca su lucha armada, sus ideales y veremos el nacimiento del movimiento obrero.

El hijo pequeño de Luisa es Juan Pedro, que será sin ninguna duda mi personaje favorito a lo largo de toda la novela. Lo conocemos casi de niño, trabajando como ayudante de librero, y siempre ha sentido su alma como alma de poeta. De espíritu tranquilo, su amor por los libros y las buenas historias, lo lleva a ganarse en un principio la amistad de la pequeña Candela en una visita con su madre a la casa de los Ripoll, sin embargo, esa amistad que comenzó de la manera más inocente se convertirá en una amor de los que hay pocos, una amor verdadero que les hará sacrificar el todo por el todo, al uno por el otro…

Los bajos fondos de la ciudad, también tendrán su representación en la novela : Freddy Papirer y Pancracia Betancourt serán sus máximos exponentes, a cada cual más repulsivo, serán personajes que harán que se nos revuelva todo cada vez que aparecen en escena. Freddy Papirer será el nexo de unión de Germán Ripoll entre los dos mundos tan distintos que existían en la Barcelona de la época. Tras hacerse amigos durante el servicio militar, Germán siempre encontró divertida la compañía de Papirer, a quién chulea y humilla a su antojo, pero gracias al cual puede disfrutar y adentrarse en los placeres y lugares más oscuros que oculta la ciudad. Por su parte Papirer, aguanta los desplantes de su amigo escudándose en conocer un mundo de ricos con el que solamente hace años podía soñar; ahora, cada vez que Germán le permite acompañarle a sus fiestas elitistas, se siente el rey del mundo, por lo que está dispuesto a soportar lo insoportable y mucho más con tal de poder seguir gozando de ciertos privilegios de vez en cuando a costa de su acaudalado amigo…

Todos estos personajes, tanto principales como secundarios, que aparecen en la novela, serán el estereotipo de lo que en realidad uno se podía encontrar en la sociedad barcelonesa de finales del siglo XIX, éste es para mí el fin principal de la novela, ser un retrato minucioso y cuidado de una época clave para la ciudad condal, una época en la que se forjaron la mayor parte de los eslabones de la Barcelona moderna y en la que sucedieron importantes cambios, no sólo a nivel industrial, económico, arquitectónico… sino que el verdadero y fundamental cambio, el que tiene que forjarse en la mentalidad de las gentes, estaba empezando a llevarse a cabo, pues sin ninguna duda es ahí, donde el principio de toda revolución tiene que comenzar.

Estamos pues ante una novela coral pues son muchos y variados los personajes sobre los que recae el peso de la historia, una novela costumbrista en la que todo lo que sucede, lo utiliza el autor para dejar constancia  de una época y una ciudad por la que se nota en todo momento que siente una especial debilidad y devoción.

El trabajo de documentación llevado a cabo por Chufo Lloréns ha sido exhaustivo, de hecho, el lector dispondrá de tal cantidad de información, tan detallada, tan cuidada, que hará que uno se sumerja y saboree la época y la ciudad como si estuviera caminando por sus calles en aquellos mismos días, lo que es una auténtica delicia. Ésta es una de esas novelas en las que además de disfrutar de una fantástica ficción histórica uno se empapa de la verdadera Historia, y la combinación resulta absolutamente magistral.

Además de los acontecimientos históricos que tuvieron lugar en la Barcelona de la época, el lector podrá también vivir de cerca los últimos días de Cuba como colonia española: asistiremos a la abolición de la esclavitud, seremos testigos del interés americano por la isla, conoceremos de cerca la vida de los indianos y su posición ante el futuro cubano, y por supuesto presenciaremos las relaciones comerciales entre España y la isla y veremos cómo éstas comienzan a estar cada vez más debilitadas, y cómo no, la guerra de la Independencia de Cuba vista desde ambos bandos será también un episodio de vital importancia en esta novela.

Así pues, una novela de más de mil páginas en la que el nivel de información y documentación resulta denso y minucioso, pero para nada pesado, todo lo contrario, dicha precisión y detallismo hacen que uno se zambulla de pleno no sólo en la historia, sino también en la Historia de finales del siglo XIX, consiguiendo así que el lector sufra y sienta en su misma piel, las injusticias y las barbaridades que se cometían en aquellos tiempos.

Estamos ante una novela realmente dura, en la que la crueldad de muchos de sus personajes harán que se nos encoja el alma durante casi la totalidad del libro, estamos ante una historia de las que se disfrutan y en las que se sufre a partes iguales, de esas en las que nos es muy fácil ponernos de lado de los más desfavorecidos y sobre los que se llevan a cabo todo tipo de injusticias, de esas en las que deseamos venganza cuando apenas llevamos cien páginas leídas, de esas que los personajes buenos se sienten tan cercanos que sabemos que nos va a costar mucho tener que despedirnos de ellos al cerrar el libro, de esas en la que la ambientación es exquisita, perfecta y hace que viajemos en el tiempo y pasemos unos maravillosos días rodeados de las gentes, edificios, calles, sonidos, fiestas, suburbios, haciendas, olores… de la Barcelona y la Cuba de finales del siglo XIX; una novela llena de odio, de amor, de lucha, de desigualdades, de Historia, de intrigas, de ideales … y todo ello narrado con la magia y el arte que se desprende de la pluma de Chufo Lloréns, para mí uno de los grandes y mejores contadores de historias que tenemos en el panorama nacional, una novela de lo más completa que todo buen lector no debería dejar de leer.



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